La meteorología puede jugarnos malas pasadas cuando salimos en bici. Puede ser cambiante, pasando de frío a calor en poco tiempo; puede hacer viento más o menos frío; puede llover repentinamente o incluso esperándola…
En definitiva, siempre será interesante tener una chaqueta que nos proteja. La pregunta es, ¿cuántos tipos de chaquetas existen? ¿Cuál es la que debemos usar en cada momento?
Evidentemente la respuesta dependerá de cada ciclista. Los hay más calurosos, aquellos que no les importa que llueva, otros que prefieren ir muy abrigados… Seas como seas intentaremos aportar algo de luz a estas dudas.
Porque lo que no es una opción es quedarse en casa sin salir a rodar. Incluso aunque te encante hacer rodillo lo más posible es que te guste más salir a rodar.
Actualmente además, los fabricantes de tejidos y las marcas en general han invertido mucho dinero en investigación e innovación, lo que ha permitido que podamos disponer de prendas técnicas, testeadas en distintas condiciones climátológicas para que podamos rodar con la máxima comodidad posible.
Tipos de tejidos, verstilidad, elasticidad… Podríamos dividir los distintos tipos de chaquetas en función de distintas características, pero lo más sensato es realizar esta división en base a las condiciones en las que vayamos a utilizarlas.
1 Chaquetas cortavientos
Como ya sabéis, el viento es uno de los grandes condicionantes cuando montamos en bici. Una chaqueta cortavientos, como su propio nombre indica, debe evitar este evento meteorológico.
Las chaquetas cortavientos están diseñadas frenar el aire especialmente en la zona del pecho. Esto, unido a que deben ser prendas ceñidas, deben generar una verdadera capa de contención del aire (el cual muchas veces será frío).
El tejido más famoso que suelen incorporar estas prendas es el archiconocido Windstopper, pero existen otras tecnologías textiles que también impiden la penetración del viento. Además algunas marcas han desarrollado sus propios tejidos patentados
Además, muchas de estas chaquetas o chalecos cortavientos tienen algún tipo de tejido impermeable, como el Gore-Tex.
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2 Chaquetas para la lluvia
En tu armario no puede faltar una chaqueta impermeable para los días lluviosos. Evidentemente tiene que ser impermeable, pero también transpirable, pues evacuar la humedad del sudor mientras realizamos una actividad física es esencial.
De hecho, rodar con lluvia requiere una cierta técnica y control, por lo que ir incómodo y mojado sobre la bicicleta no debería ser una opción.
Dicho esto, será importante el peso y el tamaño de la misma, pues es esencial que nos quepa en los bolsillos traseros de cara a usarla solo cuando sea necesario.
Evidentemente esta premisa es menos importante si necesitas una chaqueta para hacer cicloturismo, por ejemplo, pues ahí el tamaño será menos determinante.
En cualquier caso, la calidad de los materiales así como su durabilidad, su impermeabilidad, el diseño y si incluye algunos detalles textiles que hacen que tenga otras características extras (más allá de la impermeabilidad) son las que marcarán el coste de la prenda.
Y recuerda, hay vida más allá del famoso Gore-Tex.
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3 Chaquetas contra el frío
Una chaqueta cortavientos te quitará parte del frío, sobre todo el que es producido por la velocidad del viento. Una chaqueta impermeable probablemente también te quite cierta sensación de frío al añadir una capa más a tu indumentaria. Pero existen chaquetas que son específicas para los días en los que el mercurio baja demasiado.
Los principales problemas de los tejidos que mantienen el cuerpo caliente es tanto su peso como su volumen y, en muchos casos, su comportamiento cuando se mojan. De ahí que los fabricantes hayan tenido que esforzarse en crear tejidos que sean calientes y a la vez no ocupen demasiado.
Además, otro de los puntos importantes, la transpiración, también ha sido un importante caballo de batalla a la hora de diseñar y crear las prendas. Esencialmente debían solucionar el problema de la sudoración en las zonas específicas donde se acumula más líquido, como las axilas o la espalda.
Así, algunas prendas llevan zonas con una rejilla o con un sistema de ventilación especial para mejorar la aireación en ciertos momentos sin perder capacidad térmica.
En definitiva, una gran cantidad de opciones para todas las épocas, pues incluso en verano o en primavera, cuando el calor aprieta, quizá es recomendable llevar alguna chaqueta de protección frente a posibles inclemencias.
