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Tierra de Estella y sierra de Urbasa, el “paraíso” no masificado para amantes de la bici

Foto: Turismo de Navarra

Enclavado en el oeste de Navarra se encuentra uno de esos paraísos que, una vez que los visitas te preguntas: ¿por qué no había estado antes en esta maravilla de sitio? Y es que en la Sierra de Urbasa y los alrededores de Estella-Lizarra encontramos una combinación perfecta de deporte, naturaleza, historia y gastronomía.

Da igual cuáles sean tus inquietudes, en Tierra de Estella y la Sierra de Urbasa es muy posible que encuentres lo que buscas.

La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, que recorre la comarca de Tierra Estella hasta adentrarse en Euskadi, es la excusa perfecta para que toda la familia viaje con la bicicleta. La Sierra de Urbasa esconde pozas de agua turquesa con cientos de hayas alrededor. El patrimonio histórico y cultural de Estella es espectacular. Su gastronomía no solo se basa en comer y beber, sino que permite conocer el proceso de producción de productos tan preciados como la trufa o los quesos curados. Y, como no, los distintos monumentos salpicados por toda la zona que han llegado hasta nuestros días en un estado de conservación excepcional nos permiten viajar al pasado y conocer mejor el esplendor del Reyno de Navarra.

Pero no adelantemos acontecimientos. Vayamos paso a paso, detengámonos en los distintos atractivos de esta zona de Navarra perfecta para un fin de semana largo en cualquier época del año.

Una Vía Verde para descubrir el patrimonio

Para los amantes de la bicicleta, la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro es, sin duda, uno de los grandes alicientes de esta zona de Navarra. Partiendo de Estella-Lizarra y terminando en Bergara, Gipuzkoa tiene un recorrido total de 123 kilómetros, lo cual la convierte en una de las vías verdes más largas de España.

Estos antiguos trazados ferroviarios en deshuso distribuidos por toda España actualmente son recorridos por miles de visitantes tanto a pie como en bicicleta, tanto por ciclistas experimentados como por familias enteras. Y esta vía verde no es una excepción.

La vía verde es un plan perfecto para toda la familia. Foto: Turismo de Navarra

Del total del recorrido, la parte más interesante transcurre por Navarra, partiendo desde Estella-Lizarra. Exactamente son 27 kilómetros en los que, a través de un camino de tierra compactada, podremos descubrir el patrimonio cultural de la zona de una manera distinta.

El recorrido del “trenico”, como se le conocía entre los vecinos dejó de realizarse en diciembre de 1967, pero todavía podemos descubrir su trazado a través de antiguas estaciones, túneles, apeaderos… Un viaje al pasado; un viaje a cómo viajaban nuestros padres y abuelos a golpe de pedal.

A través de su web oficial podrás descubrir las distintas maneras de recorrerlo y conocer más a fondo su historia.

Mirador de Ubaba, Foto: Turismo de Navarra.

Sierra de Urbasa, una joya natural

Otro de los grandes atractivos que encontramos en el oeste de Navarra es la Sierra de Urbasa, un paraíso para los amantes de la naturaleza, el trekking y, como no, la bicicleta. Además sin importar cuál sea tu disciplina ciclista, encontrarás caminos y carreteras adaptados a diferentes niveles que te permitirán disfrutar de este enclave natural a golpe de pedal.

Pero como comentábamos, no solo existen múltiples rutas en bici, sino que también encontramos muchos caminos perfectos para los amantes de las caminatas a todos los niveles. Precisamente una de las más populares es la que parte de Baquedano y que, entre rocas calizas y bosques, termina en el lugar donde nace el río Urederra. Un río transparente, sincero, pues en euskera “ur ederrak” significa “aguas hermosas”.

Tras unos 3 kilómetros de caminata, rodeado de olmos y hayas, encontramos este enclave natural de ensueño, la joya de la Sierra de Urbasa: el Nacedero del Urederra. Un lugar onírico, mágico en cualquier época del año gracias a sus aguas turquesas, cristalinas, que parecen sacadas del mismísimo Rivendell, el poblado elfo de El señor de los anillos.

Eso sí, de cara a mantener el lugar en perfecto estado, el número de visitantes a la Reserva Natural del Nacedero del Urederra se ha limitado, por lo que se debe reservar con anterioridad en la siguiente web. Entrar es gratuito, pero el aforo se ha limitado a 500 personas al día y en caso de ir en coche es obligatorio estacionarlo en el aparcamiento de Baquedano.

Foto: Turismo de Navarra

Estella-Lizarra, un patrimonio único

Esta preciosa villa es una parada obligatoria en cualquier visita a la zona. De hecho, muchos viajeros eligen este histórico pueblo como “campamento base” de una escapada gracias a su gran oferta hostelera, tanto de hoteles y campings como de bares y restaurantes donde recuperar fuerzas y descubrir la gastronomía local.

Su historia está vinculada a la del Camino de Santiago, pues nació amparada por el auge de esta ruta hacia la ciudad gallega. De hecho, todavía hoy miles de peregrinos pasan por sus calles y admiran el casco histórico de la ciudad. Es más, muchos de ellos hacen un alto en el camino para conocer más sobre la historia de Estella-Lizarra.

El Camino de Santiago está muy presente en esta zona de Navarra. Foto: Turismo de Navarra

Todavía se pueden ver sus murallas medievales, sus edificios románicos y recorrer su antigua judería la cual, por cierto, fue la tercera en importancia después de las de Tudela y la capital, Pamplona.

Y hablando del románico, no debes perderte en cualquier visita que se precie las tres joyas románicas de la ciudad: el claustro de San Pedro de la Rúa, la portada de San Miguel y el Palacio de los Reyes de Navarra.

El claustro de San Pedro de la Rúa, del siglo XII, es uno de los mayores exponentes del románico navarro y para llegar a verlo tendrás que cruzar el fantástico pórtico del siglo XIII de la Iglesia de San Pedro de la Rúa, al sur de la ciudad.

Iglesia de San Pedro de la Rúa. Foto: Turismo de Navarra

Por su parte, la portada de la Iglesia de San Miguel es esencial para entender el románico tardío navarro. Pero es que además, la iglesia está compuesta por dos curiosas torres, una medieval y otra barroca, que son una muestra de la excepcionalidad del conjunto.

Finalmente el palacio de los reyes de Navarra fue declarado Monumento Nacional en 1931. Y razones para el nombramiento le sobran: capiteles, columnas y una fachada del siglo XII que no deja indiferente a los visitantes son algunos de sus atributos más destacados. Además es la sede del Museo del pintor Gustavo de Maeztu.

Monasterio de Santa María de Irantzu. Foto: Turismo de Navarra

Gastronomía local para recuperar fuerzas

No todo va a ser pedalear, caminar y ver monumentos. Y como os hemos comentado en más de una ocasión, recuperar fuerzas con una alimentación correcta es esencial después de cualquier ruta ciclista. O de cualquier actividad física en general.

Sea como fuere, en caso de haber cumplido con las obligaciones deportivas de cualquier escapada ciclista y natural que se precie, será interesante dejarse llevar por el maravilloso mundo de los antojos gastronómicos.

La buena comida de proximidad elaborada con productos de la zona está muy presente en todo Urbasa y Tierra Estella. En prácticamente todos los restaurantes encontrarás especialidades elaboradas con alimentos de temporada que podrás maridar con buenos (y extrañamente desconocidos) vinos navarros.

Espárragos blancos, setas de distintos tipos, pimientos de piquillo de Lodosa, trufa… Es raro que quienes pasen algunos días en esta zona no acaben catando las bondades culinarias navarras. Y como no, siempre terminando probando el clásico pacharán, el licor anaranjado que se obtiene por la maceración de las endrinas.

Además, si estás interesado en conocer más a fondo los productos que comes, es interesante visitar alguna de las queserías que encontramos salpicadas por todo el territorio. Allí podrás tanto catar los distintos tipos de queso que elaboran como conocer todo el laborioso y artesano proceso de producción.

O incluso pasar por el curioso Museo de la trufa al cual se puede llegar a través de la misma vía verde, a poco más de media hora en bici. Eso sí, debes tener en cuenta que solo abre los sábados, domingos y festivos de 10:30 a 16:00, aunque entre semana se realizan visitas guiadas previa reserva.

Navarra, un lugar único.

En definitiva, encontramos en el oeste de Navarra un lugar tranquilo, desconocido, amable, histórico y cómo no, perfecto para los viajeros amantes del ciclismo. Allí cualquiera puede dar rienda suelta a los pedales ya sea en familia o buscando retos individuales. Para así poder preguntarse: ¿por qué no había estado antes en esta maravilla de sitio?


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