Test de sustrato energético: qué son y cómo mejoran el rendimiento

Publicado por
Javi Flores
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¿Por qué no todos necesitamos la misma ingesta de calorías para realizar el mismo esfuerzo físico? ¿Por qué si como lo mismo que mi compañero de grupeta él está más delgado? ¿Cómo funciona nuestro organismo desde que ingerimos un alimento hasta que lo consumimos? ¿Por qué hay personas que tienen tendencia a acumular grasas en ciertas partes del cuerpo? ¿Qué cantidad de hidratos de carbono debo consumir para estar en forma y no engordar?

Cuando hablamos de alimentación y deporte surgen una gran cantidad de dudas asociadas, esencialmente, al funcionamiento de nuestro cuerpo. De manera general todos podemos decir que los alimentos que ingerimos nos proporcionan la energía necesaria para movernos, pensar, mantener nuestro cuerpo caliente… E incluso podríamos decir de manera general qué tipos de alimentos son más energéticos. La mayoría de la gente sabe que un plato de pasta es más energético que un plato de lechuga.

Sin embargo, cada persona es un mundo y conocer a fondo todo el proceso así como las diferencias entre unas personas y otras, requiere ciertos análisis científicos, como el test de sustrato energético.

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Aeróbico y anaeróbico

Este estudio lo que permite es conocer dónde está el umbral aeróbico y anaeróbico cuando realizamos una actividad física. O lo que es lo mismo, qué tipo de energía está consumiendo nuestro cuerpo en cada momento.

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Como explican desde la Federación Canaria de Ciclismo, “según la actividad que desarrolles la producción de energía recae más sobre un tipo de sustrato energético (proteína, grasas e hidratos de carbono) que sobre otro. En condiciones aeróbicas (como puede ser en rodillo suave o al dar un paseo) se utilizan grasas primordialmente, pero a medida que la intensidad aumenta (pasando a una situación anaeróbica) la obtención de energía recae más sobre los hidratos de carbono.

Y es ahí donde está la clave: el momento y la intensidad de ejercicio que debe hacer cada deportista para pasar de una situación a otra es distinta. Es decir, que realizando el mismo ejercicio un ciclista puede estar en un umbral aeróbico mientras que otro puede estar en un punto anaeróbico.

Precisamente gracias al cálculo de la cantidad de oxígeno consumido y la cantidad de dióxido de carbono exhalado se puede calcular el tipo de sustrato utilizado, el tipo de energía acumulada en el cuerpo que estamos usando.

Precisamente conocer este dato permite adaptar mejor las dietas de los deportistas en función del tipo de ejercicio que realizan y cuándo van a realizar el máximo esfuerzo.

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Y como hemos comentado en muchas ocasiones, una buena (y adecuada alimentación) es esencial para la mejora del rendimiento de los deportistas.

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Javi Flores