Los Pirineos dictan sentencia. Plateau de Beille, como el Galibier, es uno de los escenarios más emblemáticos del Tour de Francia. Una subida en donde se han vivido victorias memorables como las de Joanquín Rodríguez, ‘Purito’ en 2015 o la de Pantani en 1998. Un ascenso en el que han triunfado leyendas del ciclismo que después han ganado después el Tour como Contador en 2007 o Amstrong en 2002 y 2004.
Pogacar puede hacer honor a la expresión de que “quien gana en Plateau de Beille” gana el Tour”. El esloveno, si ya no es una leyenda, va camino de hacerlo tras otra exhibición en el coloso de los Pirineos con una victoria memorable en una decimoquinta etapa de 198 km.
Una jornada exitosa sin actos intolerables como el vivido ayer con un hombre que tiró una bolsa de patatas a Pogacar y Vingegaard. Espectáculo entre la localidad de Loudenvielle y la estación de esquí de Plateau de Beille, en Ariège en donde Pogacar casi ha sentenciado el Tour.
El maillot amarillo siguió la misma táctica que en la misma etapa 14 que ganó en Pla d’Adet para irse en solitario a 5 km de meta. Un estacazo al que no pudo seguirle nadie, ni Vingegaard, Evenepoel y Carlos Rodríguez que cedían en los últimos kilómetros.
Los favoritos llegaron a Plateau de Beille atrapando lo que quedaba de una fuga inicial que se formó en el km 28 con 20 ciclistas. En ella destacó la presencia de un reivindicativo Movistar con Mas, Aranburu, Formolo y Mühlberger. Una escapada con calidad con corredores como Carapaz, Yates, Romo, Healy o Hindley.
Pero, la fuga que gozaba de 1:47 estaba cara en el km 42, ya que solo quedaban 13 corredores aun con 3 Movistar y Carapaz. Mientras, el Visma endurecía una carrera que le venía bien a Vingegaard. Romo, igual que Lazkano inscribió su nombre tras pasar por el arco situado en Menté. A 68 km de meta, el Red Bull pensando en Hindley también quería reivindicarse tras el abandono de Roglic con el trabajo de Jungels y Sobrero.
La cabeza de carrera que se redujo a un quinteto afrontaba el temible Plateau de Belle con 2:50 con Mas, De Plus, Hindley, Carapaz y Johannessen que se les unió después. El coloso de 15,8 km al 7,9% y el ataque de Carapaz iban haciendo mella en cabeza, ya que la distancia se reducía a menos de 1 minuto con un pelotón del que empezaba a ceder Carlos Rodríguez.
Exhibición de Pogacar
La historia se repetía como la etapa de ayer, pero esta vez Vingegaard fue el primero en pasar a la acción a falta de 10 km con un ataque al que siguió Pogacar a su rueda. Ambos con un paso infernal atraparon a Mas y Carapaz que resistian en la fuga.
Pero, la respuesta de Pogacar fue demoledora con un ataque a 5 km de meta al que no pudo responder un Vingegaard que empezaba a sufrir la fatiga acumulada. No obstante, ambos son los dos más fuertes del Tour, ya que Evenepoel y Rodríguez cedían 20 segundos y 1:05.
Un golpe moral del líder en el Tour con su tercera victoria que le distancia a 3 y 5 minutos con Vingegaard y Evenepoel en la general. Una etapa en donde el capo del UAE Team casi sentencia la Grande Boucle que vivirá mañana un merecido día de descanso para encarar una siempre decisiva tercera semana con etapas claves de montaña.
