El 80% de los días del año de cada ciclista son de concentraciones, entrenamientos y carreras. El 20% restante son las merecidas vacaciones que pueden disfrutar después de un año lleno de competiciones.
El ciclista británico, Geraint Thomas, después de un año en que fue segundo en el Giro de Italia, se ha tomado dos semanas de vacaciones en las que ha podido desconectar del ciclismo.
Thomas afirmó en The Times cómo se lo pasó con sus amigos en Cardiff: “Las dos últimas semanas, sinceramente, creo que me he emborrachado 12 de las 14 noches”.
“No me gusta beber durante la temporada, salvo alguna copa, pero cuando termina la temporada te dejas llevar. Así es como el de Ineos disfruta con sus amigos. “Te reúnes con tus amigos y es como ‘¿Nos ponemos al día?’ Vale, vamos a cenar o a tomar algo al pub”.
El británico explicó que no bebe durante la temporada, excepto alguna que otra copa. “No me gusta beber durante la temporada, salvo alguna copa, pero cuando termina la temporada te dejas llevar”.
En cuanto a su pretemporada, el ciclista de 37 años admitió: “Cuando te haces mayor, es como el día de la marmota. Llegas y otro año que tienes que esforzarte. Llegar a los 70/71 kilos es fácil, pero el último kilo y medio es el que más cuesta”.
El ganador del Tour de Francia en 2018 habló de la su angustia en el final de ‘Corsa Rosa’: “En la cima del Monte Lussari, quería estar en cualquier otro lugar del mundo. Fue una mierda”.
Y lamenta haber llevado durante tanto tiempo el maillot rosa y al final ver a Primož Roglič en el primer puesto en el podio final. Pero, admitió que al final poder ayudar a ganar a Mark Cavendish en el último día en Roma fue una buena forma de acabar la carrera italiana. “Verle ganar ha sido bonito y ha dado un poco de brillo a un día bastante duro”.