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La navaja multiusos del Tour de Francia

Publicado por
Roberto Varona
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El austríaco Félix Gall, que nunca había corrido el Tour, ha aparecido por todas partes este año hasta ganar la etapa reina. Su exhibición en el Col de la Loze será inolvidable

 

Si hay un nombre que ha aparecido por todas partes en este Tour de Francia ése ha sido el de Félix Gall: el ciclista que ayer ganó en Courchevel.

Comenzó como uno más de su equipo y ha acabado de líder.

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Pero, sobre todo, será el hombre que demarró en el Col de la Loze, en la montaña más dura del Tour. Ahí apareció Felix Gall que, en esos 28 kilómetros que ascendían hasta 2.304 metros con 30 grados de temperatura, aguantó un ritmo infernal.

Mientras Pogacar se hundía, Félix Gall daba una exhibición total. Volaba hacia la primera gran victoria de su vida.

Tiene 25 años y hasta que empezó este Tour, hasta que llegaron las etapas de los Pirineos, se desconocía que Félix tuviese este potencial.

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Es verdad que este año había hecho una gran Vuelta a Suiza y que había ganado la etapa reina. Pero el Tour es otra historia.

Como declaró él en línea de meta, antes de subir al podio, “para mí ya solo era un sueño poder correr el Tour.  No me atrevíani a soñar con esta victoria”.

Lo cierto es que se ha convertido en el líder de su equipo (AG2R), ha brillado con luz propia y ha demostrado que es un excelente escalador.

Nunca olvidaremos su victoria de ayer en Courchevel tras superar esa última rampa asesina del 17% en la recta de meta. Ganó haciendo eses lo que da aún más épica a su triunfo.

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Incluso ganó tras una bajada muy peligrosa. Se decía que su punto débil estaba en las bajadas. Pues Félix también acabó con esa idea en Courchevel.

Junto con Carlos Rodríguez, ha sido la auténtica revelación de este Tour. Y con él el ciclismo austríaco abre la puerta para soñar con cotas inimaginables. 

Pero el Col de la Loze lo ha doctorado para todo.

 

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Roberto Varona