¿Es bueno salir en bici si tenemos una enfermedad respiratoria?

Publicado por
Javi Flores
Publicidad

Resfriado, gripe, covid, neumonía, bronquitis, amigdalitis… Existen muchas enfermedades respiratorias de distinta gravedad. Además, una misma enfermedad puede afectarnos de manera distinta en diferentes épocas de nuestra vida al mismo tiempo que no tiene por que afectarnos igual a nosotros que a otras personas.

Es por ello que resulta complicado lanzar afirmaciones tajantes sobre la conveniencia o no de realizar deporte en caso de sufrir una enfermedad respiratoria. De hecho, lo mejor que puedes hacer es seguir las indicaciones de tu médico.

Evidentemente, de manera general, podemos que afirmar que si la afección que sufrimos es grave, no será recomendable realizar deporte. Si la infección ha derivado en fiebre, reducción de la capacidad pulmonar, tos continua, mocos abundantes, debilidad general, etcétera no tendremos muchas ganas de hacer deporte. Y forzarnos a realizar una actividad física no será la mejor de las ideas.

Publicidad

Huelga decir igualmente que si las condiciones climatológicas no son buenas tampoco será recomendable salir a montar en bici o hacer deporte al aire libre. Si sometemos a nuestro cuerpo a un esfuerzo extra mientras está luchando contra una enfermedad, no le estaremos haciendo ningún favor. Someter al cuerpo a cambios de temperatura continuos, frío en zonas inflamadas, cambios de temperatura corporal por sudoración, etcétera no será recomendable.

Pero… ¿y si la enfermedad no es grave? ¿Y si las condiciones meteorológicas no son tan frías ni húmedas? En ciertos casos no es tan perjudicial.

Deporte con enfermedad leve

Entonces en qué quedamos ¿el deporte intenso no está recomendado ni tan siquiera si es un catarro leve?

Publicidad

Hacer deporte de manera intensa cuando estás enfermo no es lo más recomendable. Sin embargo, una actividad física suave, en ambientes que no demasiado fríos ni demasiado secos sí es favorable para el cuerpo en su lucha contra la enfermedad.

Este ligero ejercicio ayudará a ventilar los pulmones y facilitar la expulsión de la mucosidad. Además podrá reducir la inflamación y será un interesante impulso al trabajo de nuestro sistema inmunitario. O lo que es lo mismo, puede ayudar a pasar más rápidamente la enfermedad.

Conoce tus límites

Sea como fuere, nosotros mismos somos los que mejor conocemos nuestras necesidades. Y escuchar a nuestro cuerpo sin seguir las recomendaciones de manera tajante y directa (ni siquiera los consejos que te hemos lanzado en este artículo), es una buena opción.

A fin de cuentas la idea es adaptar la actividad física mientras estamos enfermos, suavizándola para no perder cierto ritmo de entrenamiento; modificar ligeramente nuestra alimentación aportando sustancias que ayuden a nuestro sistema inmune, como el omega 3, los carotenos, los polifenoles, la cisteína, la glutamina, el zinc, el magnesio y la vitamina D; y poner el descanso por encima de todo para que tu cuerpo se recupere sin poner alarmas ni límites.

Publicidad

A modo de resumen, cuando sufrimos de una enfermedad respiratoria lo mejor es adaptar nuestra actividad física a nuestro estado de salud según evolucione, junto con un buen descanso y unas buenas pautas alimentarias.

Esta será la mejor opción para ayudar a nuestro organismo a recuperarse antes y a evitar recaídas.

Publicidad
Comparte
Publicado por
Javi Flores