Inicio destacada Confirmado científicamente: en el rodillo haces menos esfuerzo del que piensas

Confirmado científicamente: en el rodillo haces menos esfuerzo del que piensas

Foto: Coen van de Broek / Unsplash

Hacer rodillo en casa no es igual que salir a rodar. Cualquiera que haya practicado ambas modalidades sabe que las sensaciones son completamente distintas. La meteorología, la competitividad, el asfalto… varios son los factores que hacen que la mayoría (por no decir todos) los ciclistas prefieren salir a rodar que no quedarse entre cuatro paredes como un ratón de laboratorio.

Pues bien, ahora un nuevo estudio científico ha analizado cuánto esfuerzo realizamos sobre la bicicleta en ambas disciplinas y, sobre todo, cuánto creemos que hemos hecho cuando nos bajamos de la bici.

Karin Sofía Elisabeth Olsson y su equipo analizaron el esfuerzo de 20 ciclistas y midieron su frecuencia cardíaca (FC) y consumo de oxígeno. Por otra parte les realizaron una serie de evaluaciones evaluaciones del esfuerzo percibido nominal (RPE por sus siglas en inglés). O lo que es lo mismo, la percepción de cada ciclista sobre el esfuerzo realizado

Con estos datos en la mano cruzaron la percepción con la realidad, tanto en las condiciones controladas en el rodillo como en las salidas al aire libre.

Como apuntan los científicos, “los niveles de RPE previstos basados en el ciclismo controlado en el laboratorio fueron significativamente más altos que los niveles de RPE en desplazamientos en bicicleta a intensidades iguales”. De media, afirman los investigadores, la diferencia estaba entre el 19% y el 30% en la comparación en las dos situaciones.

Esto significa que los ciclistas que salían a montar al aire libre pensaban que estaban realizando un menor esfuerzo del que realmente estaban realizando en comparación con la bicicleta estática o el rodillo. Como apuntan los propios investigadores, “esto puede deberse a un mayor grado de estímulos externos en el campo, aunque no se pueden descartar influencias de otras posibles causas”.

En definitiva, ahora, cuando tu compañero de grupeta te diga: “Buah, me he pegado una paliza en el rodillo este fin de semana” podrás responderle sin miedo a equivocarte que “quizá no ha sido tan bestia la paliza que te has pegado…”. Recuerda que la ciencia te respalda.


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