Markel es hijo de una leyenda del Tour de Francia: Joseba Beloki, un ciclista que fue tres veces podio (tercero en 2000 y 2001 y segundo en 2002). En 2003, cuando iba a atacar a Armstrong para tratar de ganar, tuvo una caída terrible. Se rompió el fémur, el codo y la muñeca derecha bajando el puerto de La Rochette. Ya nunca volvió a ser el mismo. Pero con tres podios en Francia nunca dejará de ser una leyenda.
Ahora, lo primero por lo que Markel llama la atención es por ser hijo de quien fue. “Siempre va a estar ahí. Es algo que para mí es una ventaja. Una ventaja en el sentido de que él me enseña mucho. Pero bueno, yo me lo he tenido que currar como todos porque aquí nadie regala nada. He tenido que trabajar mucho para llegar donde he llegado ahora. Para mí llevar este apellido es un orgullo, pero tengo que trabajar todos los días como los demás”.
Y lleva razón Markel porque en el ciclismo no se regala nada a nadie que no tenga condiciones. Y él las tiene. Por eso es profesional desde que cumplió 18 años en junio de 2023 cuando le fichó EF Education-EasyPost (UCI WorldTeam).
Desde entonces, ya ha sido subcampeón de España contrarreloj (una de sus especialidades), ha debutado en la Itzulia (se hizo célebre aquella imagen de su padre animándole desde la acera como un aficionado más) y ahora está corriendo el Tour del Porvenir (18-24 agosto).
De momento, ya ha mostrado en Francia esa habilidad contra el crono realizando un gran prólogo, en el que fue el mejor español, y confirmando todo lo que se habla de él.
Porque para Markel, esto no ha hecho más que empezar. Pero llama la atención su madurez a tan temprana edad.
“De momento, no me ha generado ninguna presión. En el futuro tendré que aprender a llevarlo también, pero hasta ahora es algo que no me ha pasado factura”, contesta cuando le preguntan por su padre.