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El español que ha sacado dos matrículas de honor en una semana

Su currículum se decide en 10 segundos que es lo que separa el triunfo de la decepción. Y se sufre porque en su caso gana pocas, muy pocas veces. Pero en el camino también hay semanas tan especiales como esta última.  

 

En una semana, Álex Aranburu no es el mismo en las fotografías. Muestra una sonrisa que no cabe en la recepción del hotel. El sábado 15 de junio ganó en Durbuy la cuarta etapa de la Vuelta a Bélgica y hoy se ha proclamado campeón de España en San Lorenzo del Escorial en un final hecho para él, que se define como “un rematador”, uno de esos valientes a todo o nada que pueblan la historia del ciclismo.

Y no es fácil porque, como siempre le dice Chente García Acosta, su director en Movistar, “todo se decide en diez segundos en los que pasan muchas cosas”. Y no es fácil dar en la diana. Al menos, a Álex Aranburu le cuesta mucho. Y no es fácil vivir así. “Sufre cuando no gana”, insiste Acosta, que trata de convencerle de la paciencia.  “Estás en un rol del ciclismo, de ‘sprinter para arriba’, que es muy desagradecido”, le recuerda.

Pero esta semana está siendo muy especial. Y por eso hay que entregarse a Álex Aranburu, que ha sacado dos matrículas de honor. Y llega a la EBAU, que es el Tour de Francia que se inicia el sábado, como un avión, dispuesto a lograr esa victoria en una grande que por ahora no ha podido ser.

“Voy cogiendo experiencia en las carreras y confianza en mis cualidades. Ya sé cuál es mi sitio y año a año voy a estando un punto mejor. Sé que puedo ser competitivo en las etapas que acaban en un repecho, o en puertos cortos o en sprints reducidos”.

Pero la clave es ésa: dar en la diana. Y no es fácil. Por eso ahora, que son buenos tiempos, es tan importante convencerse de que está listo para lograr lo más difícil y de que es el momento. Tiene 28 años, una edad ideal para un ciclista que nunca deja indiferente a nadie y al que tarde o temprano nos imaginamos luchando por un Mundial en la última recta o ganando una Milán-San Remo (ha sido dos veces séptimo) o una etapa del Tour.

Su hermano pequeño Mikel es copiloto de rallies y él es un ciclista que se defiende en todos los terrenos y que tiene la cabeza en su sitio. Sus declaraciones son el mejor abogado de sí mismo.

-Desde muy joven escuchar ‘este viene bueno’. Pero luego cuesta que todo salga -explica Álex Aranburu-. Siempre he escuchado hablar muy bien de mí. Pero por si acaso me saqué un Grado Superior de Mantenimiento. Porque de lo que se habla a lo que luego termina pasando va una diferencia. Es difícil que todo salga como esperas.

 


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