Dos encantos del cicloturismo en Castellón: las rutas R09 y R08

Publicado por
Joan Zamora
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Uno de los pueblos más bonito de España a golpe de pedal. Peñíscola, el gran encanto de Castellón, es una opción fascinante para los aficionados al cicloturismo. La experiencia de explorar la rica historia y la belleza natural de la provincia de Castellón. Un lugar ubicado en la costa mediterránea de España en donde pedalear por sus largas carreteras y senderos apasionantes.

Una forma de recorrer el paisaje castellonense y conocer la historia de la población costanera es a través de dos de sus rutas que se pueden hacer en bicicleta. 

Pedaladas por la costa

El kilometraje breve y sin dificultades de la ruta R08 la convierten en una oportunidad para aquellos que quieren conocer las playas de Peñíscola, tanto la zona más turística próxima a la localidad como, bajando hacia el sur, por el Camino de Pobre, una zona de calas vírgenes donde relajarnos.

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R08 Peníscola. Foto: Patronato Provincial Turismo Castellón.

Este itinerario empieza en la Avenida del Papa Luna recorriendo la zona más urbanizada de Peñíscola. Tras tres kilómetros la ruta se dirige a hacia el castillo del Papa Luna, bordeando el Marjal de Peñíscola, una zona húmeda, pero que todavía ofrece una buena imagen de naturaleza mediterránea.

Después de regresar al centro de la localidad se toma el Camino del Pebret para continuar conociendo la costa peñiscolana, como la Cala del Volante o la Cala del Moro. Un final espectacular que acaba de vuelta volviendo cerca de los antiguos dominios de Benedicto XIII.

Exigencia máxima

Los más experimentados se pueden adentrar en una apasionante etapa de media montaña de 155 km y 2 078 metros de desnivel, la ruta R09. Un viaje cicloturista inicialmente desde Peníscola hacia Benicarló y a través de la CV135 pasando por encantadoras localidades como Càlig, Cervera del Maestre y Tirig.

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R09 – Calig. Foto: Patronato Provincial Turismo Castellón.

Los terrenos quebrados, en pendiente y sinuosos, empiezan cuando se pedalea Alt Maestrat, la zona interior de la provincia. Después el recorrido sigue rodeando el Barranc de la Valltorta hasta alcanzar Albocàsser, ya en el kilómetro 56.

El tramo más duro es en el kilómetro 30, con un terreno de media montaña por la CV15. Luego, el acceso a Benassal ya tendrá algunas pendientes del 7%.

Después de trascurrir de Benassal a Culla a través de 9 km con algún falso llano y con tramos constantes al 6% se llegará a Culla. A partir de ahí te podrás dejar llevar hacia Albocàsser y las cuevas de Vinromá 20 km de descenso.

Una vez en las cuevas, tras superar dos nuevos repechos de 2 km al 5% de pendiente, se llega a Alcalà de Xivert y la Serra d’Irta. Un lugar con un paisaje espléndido y un terreno favorable para alcanzar la parte final, primero, Santa Magdalena y después, Peñíscola.

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R09 – Alcala de Xivert. Foto:
Patronato Provincial Turismo Castellón

Cada pedaleo en ambas rutas promete descubrimientos nuevos y emocionantes, mientras se disfruta de la hospitalidad y la gastronomía típica de la región. Dos rutas para cualquier cicloturista que quiera conocer parajes impresionantes a golpe de pedal.

Una experiencia enriquecedora que combina ejercicio físico, conexión con la naturaleza y la oportunidad de sumergirse en la historia y la cultura locales de una de las poblaciones más históricas y emblemáticas de Castellón.

Una provincia en donde también podrás descubrir el cicloturismo castellonense con otros itinerarios como la vía verde del Mar. Los amantes del XCO y BTT pueden disfrutar por los senderos y caminos técnicos de diferente dificultad en la Ciudad del Ciclismo, ubicada en Cervera del Maestre.

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Joan Zamora