Muchos ciclistas cambian la cadena demasiado tarde, lo cual tiene consecuencias en el sistema de transmisión de la bicicleta. Pero la pregunta habitual es, ¿cuándo se debe cambiar la cadena de la bicicleta? La respuesta, como en muchas otras ocasiones que hemos hablado de componentes, no es tajante, sino que depende de múltiples factores: los kilómetros semanales que hagas, la potencia a la que trabajes, la limpieza que suelas realizarle, el engrasado…
Como ya sabes, la cadena es la que transmite la fuerza que imprimimos en los pedales sobre la rueda trasera, que es la que tracciona. Y eso provoca que la cadena sea una de las piezas que más desgaste sufre.
Además, el desgaste de la cadena puede afectar a otros elementos de la transmisión de la bicicleta, como los piñones y los platos, que son más costosos que la cadena. Así pues, mantener la cadena en buenas condiciones de limpieza y de engrasado, será más que interesante para evitar problemas en otros componentes.
Pero volvemos a la pregunta inicial, ¿cómo podemos saber cuándo cambiar la cadena de la bicicleta?
Medidor de cadena
Para controlar cuándo debemos cambiar la cadena debemos tener entre nuestras herramientas un “medidor de cadena”. La verdad es que no se quebraron mucho el nombre, pero es que su simpleza es igual de sencilla que su uso.
Para saber si la cadena todavía puede aguantar algunos cientos de kilómetros más debemos introducir la herramienta entre los eslabones de la cadena y ver si se ha elongado más de lo recomendable.
En las propias instrucciones de la herramienta que compres vendrá especificado cómo se debe utilizar y a partir de qué medición deberás cambiar la cadena o empezar a pensar en cambiarla.
De manera general, la herramienta no debería entrar holgadamente en los agujeros, pues eso significaría que se han estirado demasiado los eslabones.
Además, deberemos repetir la operación en diversas partes de la cadena para comprobar que no se trata de una elongación puntual.
