Los ciclistas bajan a unas velocidades de vértigo. Más rápido que los coches y las motos. Se juegan la vida en cada curva por intentar rascar unos segundos. El año pasado en Bicio pudimos comprobarlo en nuestras propias carnes al “colarnos” en el coche neutral de Shimano. El chirriar de las ruedas en cada curva hacía prever lo peor, de hecho incluso asistimos a alguna caída.
Sin embargo los ciclistas están hechos de otra pasta. Saben que unos segundos que les pueden dar la victoria en la general o incluso la victoria de etapa. En ocasiones descienden a más de 100 km/h y de hecho más de una jornada se ha decidido en la bajada.
Ayer Pogacar dio una lección de cómo bajar el Galibier en un terreno a ratos mojado. Los 10 segundos que le sacó a Vingegaard en la cima se transformaron en más de 30 en la línea de meta.
Aquí os dejamos el vídeo en el que se ve como una marmota cruza delante del corredor esloveno en plena bajada. Por suerte no se topó con ella, pero podría haber provocado una desgracia.
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