Un año más, Castroviejo está en la salida del Tour de Francia. Su destino: trabajar para ver a Carlos Rodríguez en el podio.
A los 37 años, Jonathan Castroviejo sigue siendo fiel a sí mismo. “El físico todavía me acompaña, porque estos 20 años atrás sé que no lo he machacado mucho”, explica. “He hecho lo justo para tener buen nivel siempre que he podido”.
Nadie como él retrata el papel del gregario en Ineos, un imperio unificado entorno a Carlos Rodríguez en este Tour de Francia, donde Castroviejo es un seguro a todo riesgo en lo suyo. “Mi trabajo es proteger al equipo”, resume tras más de 20 años en el oficio, 14 de profesional desde que empezó en Euskaltel en 2010.
Desde entonces, nadie se ha quejado de él y él no sólo ha entregado lo mejor de sí mismo a sus líderes, entre los que siempre destaca a dos ganadores del Tour: Froome y Bernal. También ha explotado sus poderes contrarreloj donde, aparte de ser bronce en un Mundial (2016), ha sido seis veces campeón de España.
No hay fecha aún para la retirada. Pero al paso que va casi ni se debate. El año pasado fue 15 clasificado en la general final del Tour de Francia, un puesto que nunca jamás había ocurrido en su vida en una gran Vuelta de tres semanas. Tenía 36 años. Por eso 20 años después las espadas siguen en todo lo alto para Jonathan Castroviejo.
