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Mounjaro, la alternativa de Ozempic contra la obesidad que cuesta 271 euros al mes

Foto: Illy

Ozempic es el medicamento de moda. Está en boca de médicos, medios de comunicación y, como no, la gente en general. Recientemente os explicábamos Qué es Ozempic y por qué ayuda a adelgazar. Además publicamos una lista de medicamentos eficaces para adelgazar, pues conocemos la preocupación de ciertos ciclistas por perder peso.

De hecho analizamos la conveniencia de utilizar este medicamento como “ayuda” para perder peso en este otro artículo.

Y cada vez que publicamos uno de estos artículos relacionados con Ozempic, inmediatamente pasaba a ser uno de los más vistos de toda la semana. De ahí que, a partir de vuestro interés,  volvamos a hablar sobre el tema de productos farmacéuticos para perder peso.

Según la empresa fabricante, la farmacéutica Lilly, el Mounjaro llega como la alternativa al famoso Ozempic. Pero es que además se ha erigido como el medicamento más eficaz de los que se han probado hasta el momento en España tanto para el tratamiento de diabetes como contra la obesidad, según los ensayos clínicos realizados en laboratorio.

Diferencias entre Mounjaro y Ozempic

Los datos dados a conocer por la empresa afirman que de cara a tratar la obesidad, el 96% de las personas tratadas con el medicamento acabaron perdiendo por lo menos un 5% de peso. Igualmente, y siendo este el dato quizá más espectacular, aproximadamente un 40% de los pacientes acababan perdiendo más de un 25% del peso.

Sin embargo, el Mounjaro, como comentábamos, también es más caro que Ozempic. Mientras que este último cuesta menos de 150 euros mensuales, el nuevo químico de Lilly, el Mounjaro, ronda los 270 euros al mes.

Otra diferencia entre Mounjaro y Ozempic es el compuesto químico esencial. En el caso del Mounjaro es la tirzepatida el principio activo que permite reducir el apetito, mientras que en el caso del Ozempic, este principio activo es la semaglutida. Eso sí, ambos imitan un compuesto que segregamos en el intestino al comer y que avisa al cerebro que ya está saciado al mismo tiempo que hace que el páncreas segregue insulina.

Lucha contra la obesidad

Se considera obesidad cuando la persona supera un 30% el índice de masa corporal indicado para su altura, sexo, etcétera. Y es solo en estos casos en los que los médicos deben prescribir este medicamento, nunca bajo finalidades estéticas. Porque no hay que olvidar que este medicamento también es efectivo (y de hecho teóricamente es su uso principal), para pacientes con diabetes.

Sin embargo, desde la Sociedad Española de Obesidad han apuntado que, a pesar de la existencia de estos medicamentos para luchar contra la obesidad, no se debe perder de vista la importancia del ejercicio físico en el tratamiento. “A pesar de importantes novedades farmacológicas para hacer frente a la obesidad que han llegado en los últimos meses, y las muchas que vendrán próximamente, se llama la atención sobre la necesidad de acompañar estas terapias con indispensables medidas nutricionales y de ejercicio físico”, han explicado.

De esta manera intentan huir de la banalización que se suele hacer (sobre todo en redes sociales) del consumo de este tipo de fármacos que hacen pensar a la gente que pueden adelgazar de manera sencilla y sin esfuerzo en solo unos meses.

De hecho, explican, “se ha comprobado científicamente que la adición de ejercicio supervisado a la farmacoterapia contra la obesidad mejora el peso saludable después de la conclusión del tratamiento en comparación con la finalización del tratamiento con farmacoterapia para la obesidad sola”.


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