Inicio Noticias “A los 71 años, sigo trabajando de agricultor”

“A los 71 años, sigo trabajando de agricultor”

Rafael Ladrón de Guevara dejó el ciclismo profesional por la agricultura con dos años más de contrato con el Reynolds. Hoy, a los 71 años, todavía sigue al pie del cañón. “El trabajo es salud”, dice. 

Su apellido es mítico. “Tengo un pariente lejano que es escritor”, explica Rafael Ladrón de Guevara, de 71 años, que vive en Ordoñana, un pueblo de Vitoria de 46 habitantes donde se dedica a la agricultura. “Gracias a Dios me encuentro bien”, explica. “Me puedo agachar y atarme las zapatillas. Pero es verdad que antes pegabas un salto y llegabas lejos. Ahora te tropiezas hasta con la raya de un lápiz. Pero, claro, son 71 años”, justifica.

Del ciclismo a la agricultura.
Así fue. Estaba en Reynolds con Echavarri hasta que un día me llamó mi mujer y me dijo que mi hermano, que era el que se encargaba de las tierras de la familia, había tenido un accidente: un golpe en la cabeza, en la sien. De 999 se muere uno y mi hermano se murió.

¿Y entonces?
Me vine para aquí y aquí me quedé. Recuerdo que fue el 7 de febrero y que, tras pasar unos días, le dije a Echavarri que lo dejaba, y mira que tenía dos años más de contrato con el Reynolds

De hoy para mañana.
Sí, de las ruedas estrechas de la bici pasé a las ruedas grandes del tractor. Pero tenía que hacerlo. Al principio fue muy difícil. Aquel inicio no se lo deseo ni al mayor enemigo. Tuve que empezar de cero. Recuerdo que no había horas. Pero le eché ganas y tiré para adelante. Ahora tengo 71 años y he podido levantar el pie.

Entonces bien.
Los márgenes son mínimos ahora que se ha metido la tecnología en el campo y es todo electrónico. Incluso reconozco que ya se me empiezan a amontonar las teclas y que cada vez estoy más cansado de esa palabra: objetivos. Antes sembrabas lo que te parecía. Ahora, lo que le he dicho, objetivos, todo son objetivos, los objetivos que te marcan las oficinas comarcales. Hasta los técnicos te explican lo que hacer.

¿Qué siembra?
Ahora, cebada y trigo.

¿Y da para vivir bien?
Sí.  No me puedo quejar. Hay más tecnología. Pero los trabajos se hacen mejor que antes. Aunque sí es cierto que aquí no hay horas.  Un domingo me puedo tener que levantar a las cinco de la mañana. Dependemos mucho del tiempo. En definitiva que aquí no hay festivos.

¿Y cómo es que no está jubilado con 71 años?
Porque el trabajo es salud.

¿A los 71 años?
También le reconozco que desde que he dejado de sembrar patatas es como si estuviese jubilado. La patata es de enero a diciembre de la manera que lo hacía yo. La sembraba y la comercializaba. Pero eso ya lo dejé.  Hace cuatro años y la realidad es que el cereal te deja mas libertad.

Entonces lo entiendo.
Y, bueno, ahora va a empezar mi hijo, que trabaja de jefe de logística de transporte. Lleva ya 19 años. Pero es un estrés enorme. No le piden las cosas para mañana, sino para ayer. Así que aquí tiene el campo. Ya sabe que con esto, con la agricultura, se puede vivir.

Hace 40 años usted dejó el ciclismo.
El otro día me llamó José Luis Laguia y nos acordábamos, sí.

¿Y qué recuerda?
Recuerdos hay muchos. Mire, hace unos días también estuve en el homenaje a Marino Lejarreta y, en mi caso, hay tantas cosas por recordar. Yo ayudé a Martínez Heredia a ganar un Tour del Porvenir. Llegué a estar en Reynolds con Perico y Gorospe. Como decía Echávarri, enséñales, tú les tienes que enseñar las tácticas porque en esa época no había pinganillo. Antes era todo muy diferente.

¿Nunca pensó en volver?
Me metí de lleno en el campo. No estaba ni para el ciclismo ni para nada. No salía ni a rodar. Como le he dicho, la patata no me dejaba tiempo. Pero ha tenido la recompensa. Hice una clientela muy buena. Servía y comercializaba todo yo mismo. La gente me decía: ‘¿tú no serás el ciclista?’ Pero, sobre todo, trataba de hacer las cosas bien. Y hacer las cosas bien te abre puertas.

Fue ciclista profesional ocho años.
Yo empecé en Kas con Domingo Perurena. Allí llegué a ser gregario de Van Impe. Luego, gané la Vuelta a España con Ruiperez. Hice mi historia, sí, pero sobre todo disfruté de lo que me gustaba con gente buena. Recuerdo que en el Tour de Porvenir el difunto Carril me dijo, cuando se cayó, ‘chaval, deja la bici, es un oficio duro y pobre’.

Pero no la dejó entonces.
No, qué va. Yo me pegaba hasta con mi padre con tal de estar ahí. Ser ciclista era lo que quería y llegué a correr un Tour, una Olimpiada…. hasta que lo dejé de golpe después de lo que le pasó a mi hermano. Pero la vida es así y, 40 años después, todavía sigo aquí.


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de BICIO

Deja un comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here

Con la publicación de un comentario acepto expresamente recibir la newsletter y soy conocedor de que puedo darme de baja en cualquier momento de acuerdo a nuestra política de privacidad