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Entrenamiento cerebral para mejorar el rendimiento ciclista

Un corredor profesional del equipo ciclista Groupama-FDJ participa en las pruebas de laboratorio.

Si crees que la mejora del rendimiento físico se basa únicamente en la mejora muscular es que nunca has realizado ningún deporte. El cerebro juega un papel fundamental en los objetivos de los deportistas.

O mejor dicho, todo el sistema nervioso central es fundamental en el proceso de mejora y ahí juega un papel clave tanto el cerebro como la médula espinal y los nervios.

Así pues, la percepción del esfuerzo que estamos realizando sobre la bicicleta es subjetiva. Como explicábamos en un artículo reciente, los científicos habían confirmado que al entrenar sobre el rodillo realizamos menos esfuerzo del que creemos. Según el análisis de los investigadores, la diferencia estaba entre el 19% y el 30%.

Este factor subjetivo es muy importante en el ciclismo y suele medirse mediante el uso de escalas. De hecho, como apunta Sidney Grospriest, Profesor de neurofisiología de la Université Franche-Comté (UBFC) en un artículo en The Conversation Francia, los ciclistas tienen su propia escala realizada por la Federación Francesa de Ciclismo y que se trata de una estimación subjetiva de la intensidad del esfuerzo (ESIE) desarrollada por Frédéric Grappe, investigador y director de rendimiento del equipo ciclista Groupama-FDJ.

Y es precisamente esta fina percepción del esfuerzo la que permite a los ciclistas ajustar con precisión el control de los músculos. Y gestionarlos correctamente durante una carrera, sobre todo en pruebas largas.

Condiciones de ciencia ficción

Como hemos apuntado, más allá de la mera actividad física, el entrenamiento cerebral puede ser crucial para conseguir mejorar los resultados en el mundo del ciclismo. Por ejemplo, el equipo Groupama-FDJ colabora mano a mano con laboratorios de ciencias del deporte para conseguir una mejora del rendimiento. Allí analizan desde el equipamiento (la bicicleta, la aerodinámica, la vestimenta, etcétera) hasta el entorno en el que puede competir el ciclista (condiciones de hipoxia, calor, frío…).

Y en el caso de los atletas, explica el mismo investigador,  “su cerebro será puesto a prueba mediante técnicas de entrenamiento dignas de una película de ciencia ficción”.

Algunas de estas técnicas se basan en el registro de la actividad cerebral mediante electroencefalografía (EEG). Para ello colocan al ciclista una gorra repleta de electrodos para captar la actividad eléctrica de las neuronas en diferentes partes del cerebro. Así consiguen recoger ondas en diferentes frecuencias: alfa, beta, gamma, etc. que a su vez son representativas de los diferentes estados del deportista: despierto, dormido, en intensa actividad cognitiva, etc.

ciclismo gregarios
Foto: FDJ Team

Neurofeedback

Poniendo a prueba a los deportistas pueden saber exactamente cómo el deportista gestiona su esfuerzo, cuándo está más relajado, cuándo está realizando una actividad cognitiva plena…

Además, los científicos han creado un sistema en el que el ciclista puede visualizar fácilmente en qué momento se encuentra su actividad cerebral, lo que en último término le servirá para regular y controlar su esfuerzo físico.

En palabras de Sidney Grospriest, “aprender a controlar la forma en que se activa nuestro cerebro nos permitirá tener un control motor óptimo en el gran día. En efecto, la potencia desarrollada depende en gran medida de la cantidad de impulsos eléctricos enviados por el cerebro. El cerebro también es un gran consumidor de energía, aprender a utilizarla eficientemente (justo lo que necesitas) es una forma de reducir tu gasto energético al mínimo requerido”.

Esta técnica de entrenamiento neurocientífico, llamada neurofeedback, se basa en modelos informáticos llamados interfaces cerebro-computadora (BCI). Y como explica el mismo científico, estos enfoques todavía son muy nuevos y deben mejorarse en los próximos años.

Ensayo mental de la carrera

Puede parecer un tanto exagerado, pero Grospriest se muestra tajante: “para nuestro cerebro ensayar mentalmente una carrera es como hacerlo de verdad”. Así de directo. Y tiene datos al respecto.

Su laboratorio ha demostrado que la activación neuronal a través de Imágenes Motoras involucra una parte más grande de la vía corticoespinal de lo esperado, incluidos algunos circuitos de la médula espinal. O lo que es lo mismo, imaginar que estás realizando una acción pero sin realizarla realmente no solo activa muchas áreas del cerebro relacionadas con el control del control real de movimiento voluntario, sino que va más allá y también activa otras partes importantes del Sistema Nervioso.

Por lo tanto, este tipo de imágenes (y vídeos) podría ser un buen estímulo para mejorar el componente neuronal del rendimiento en bicicleta.

Por ejemplo, visualizar el recorrido de una carrera antes del evento permite precalentar los circuitos nerviosos adecuados y así comprender mejor el funcionamiento de los músculos.

Sidney Grospriest lo tiene claro, “después de décadas de centrar nuestra atención en el músculo del deportista, ahora podría ser que el futuro del entrenamiento deportivo pase también por la optimización de otro órgano no menos importante: el cerebro”.


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