Nadie gana hoy solo con el nombre

Klopp y Simeone se saludan antes del partido en el Wanda Metropolitano

Klopp y Simeone se saludan antes del partido en el Wanda Metropolitano / EFE

Bojan Krkic

Bojan Krkic

Recuerdo que, jugando en el Stoke City, nos enfrentamos al Liverpool en la última jornada de la temporada 2014-2015. Les ganamos 6-1. Era mi primera temporada en Inglaterra y los de Anfield estaban muy lejos de ser el equipo que hoy, cinco años más tarde, son. Meses después de aquella goleada, el Liverpool fichó a Jürgen Klopp. Los ‘Reds’ acabaron octavos en su primer año al frente del equipo y fueron cuartos en los dos siguientes. Pero el Liverpool tuvo paciencia y, sobre todo, entregó al alemán los recursos necesarios para, poco a poco, construir el proyecto para el que había llegado a Inglaterra hasta convertirle en, a día de hoy, el mejor equipo del mundo, campeón de la Champions y, posiblemente, campeón de la Premier.

El Liverpool ya era un club con una extraordinaria historia antes de su llegada y contaba con una masa de aficionados tan grande como leal. Pero todo eso cuenta poco porque en el fútbol actual nadie es capaz de ganar solo con el nombre. Los propietarios del conjunto de Anfield lo entendieron y fueron a buscar al entonces arquitecto de un gran Borussia Dortmund, cuyo fútbol alegre, ofensivo y desacomplejado enamoraba a Europa. Ese es el camino: alejarse de la improvisación, creer en una idea y tener la espera de los alquimistas, necesaria para hacerla realidad. El Liverpool es el actual campeón de la Champions y, tras pelear con el Manchester City la pasada Premier, arrasa esta temporada en Inglaterra. Es el fruto del trabajo bien hecho. 

Anfield es el ejemplo más claro, el más mediático también, pero no es el único. Hemos visto en los últimos años algo parecido con el Atlético de Diego Simeone. Sin entrar a debatir sobre estilos de juego, es innegable que el Cholo ha dado una identidad propia a los colchoneros y ha conseguido que peleen por todo. Insisto, a día de hoy es imposible ganar solo con el nombre y, en cambio, clubs con menos historia y prestigio internacional, son capaces de construir proyectos sólidos a base de perseverancia y convicción. 

Como la Atalanta. Gasperini suma cuatro temporadas al frente del equipo de Bérgamo y muchos comprobaron lo bien que ha hecho su trabajo con la goleada lograda ante el Valencia. No es el nombre lo que permite ganar, sino tener un proyecto construido sobre una idea clara de lo que quieres hacer y contar con el tiempo suficiente para ello. Tampoco se trata de ser el club más poderoso a nivel económico. Entidades con menos recursos son capaces de competir de igual a igual con los más ricos pero, para ello deben ser capaces de construir, desde los cimientos, un edificio sólido a base de fe, tesón y fidelidad a una misma idea.