MI VERDAD

Salieron dormidos,sin corazon ni cabeza

Josep Maria Casanovas

MEDIA HORA NEFASTA. La afición se quedó triste y cabizbaja. Perder como se perdió, duele. Era un partido de máximo riesgo, una especie de final de cara a la lucha por el título y salieron dormidos. Sin corazón ni cabeza. Con errores defensivos que se pagaron caros. El invento del centro del campo no funcionó y Messi se quedó desconectado. El Barça le ha dado una patada a la Liga con una primera parte decepcionante, la peor de la temporada. Perdieron más balones que nunca. Osasuna les ganó en actitud y ambición, salieron enchufados y los de Guardiola tardaron media hora en reaccionar; cuando se dieron cuenta ya llevaban dos goles en contra. Tampoco se entiende muy bien la alineación. Si tienes la necesidad imperiosa de ganar lo normal es que jueguen los mejores. Ver a Xavi, Iniesta y Cesc en el banquillo fue dar demasiada ventaja. Llevarlos a Pamplona a pasar frío en el banquillo no tiene mucho sentido si piensas en la Champions.

VÍCTIMAS DE SUS PROPIOS ERRORES. Es duro reconocerlo pero la reacción de la segunda parte solo sirvió para demostrar los errores cometidos en la primera. Pero una vez más, la reacción llegó tarde. Ni el campo duro y helado sirve de excusa, tampoco el árbitro. Aunque nos duela en el alma hay que decir la verdad, los propios errores del Barça son la causa principal de dejar la Liga en manos del Madrid. En campo contrario no han estado a la altura, prueba de ello es que en los desplazamientos a Navarra y País Vasco (Athletic y Real) se han dejado siete puntos. No está todo perdido, no hay que caer en el entreguismo, pero si los blancos ganan hoy al Levante habrá que tener en cuenta que nunca se han remontado diez puntos de diferencia entre los dos grandes a estas alturas del campeonato. Después de la alegría de la Copa este mazazo deja la Liga más lejos que nunca.

CENTRARSE EN LA CHAMPIONS. Seamos sensatos, lo de ayer solo es una derrota. Cuando se relajan, cuando juegan sin intensidad, son vulnerables. Mentalmente están cansados. Es imposible exigirles ganar siempre y todas las competiciones. Son humanos, no son máquinas. Suman tres títulos y un cuarto en camino. Perder la Liga no puede ser un drama y menos frente a un Madrid que es el segundo mejor equipo de Europa tras el Barça. Ahora, sin tirar la Liga, hay que centrarse en la Champions, que debe ser el gran objetivo. Toca reaccionar, levantar la cabeza. Con concentración, presión al contrario y velocidad de balón los de Guardiola se crecen de forma admirable. El martes en Alemania hay que demostrarlo.