SOBRE EL TERRENO

Thiago Alcántara y sus 18 millones de dudas

Emilio Pérez de Rozas

HE LEÍDO y, lo siento, pero no me lo creo, que Thiago Alcántara va a concederle una última oportunidad al Barça. ¿Una última oportunidad? ¿Perdón? Si Thiago Alcántara ya ha decidido, él, papá o Pere Guardiola, que la oferta buena, aquella que decide su futuro, le abre las puertas de la titularidad (¿de verdad hay entrenadores que garantizan la titularidad? ¿de verdad el nuevo técnico del Manchester United va a hacer lo que jamás hizo Sir Alex Ferguson? ¿de verdad alguien, empezando por Thiago, se puede creer que tiene la titularidad garantizada en Old Trafford?) y le impulsa hacia el Mundial de Brasil es la del Manchester United ¿para qué hablar con el Barça? Que ponga los 18 (+ IVA, 21, o así) y se despida del equipo que lo vio nacer, crecer y le ha enseñado todo lo que sabe, rodeándolo de los mejores jugadores del mundo.

El Barça tiene poco que decirle a Thiago. Es un tema de elección, de convicciones, de dudas y miedos. Suyos, no del Barça. Es más, ¿qué va a decirle el Barça a Thiago cuando ni siquiera han sido capaces (¿a eso se le llama honradez o tontez?) de insinuarle a su entrenador que le hiciera jugar para que su cláusula no bajase a 18 millones de euros? Es imposible ser más honrados (más bobos, dirán muchos) con el hijo de Mazinho de lo que ha sido el Barça. Imposible.

De ahí que piense que la magistral reflexión que Tito Vilanova hizo, nada más regresar de NY, sobre la posible huída de Víctor Valdés (otro que amenazó y se queda porque no ha encontrado nada), le vaya que ni pintada a Thiago. Y me refiero a la tesis expuesta por Tito cuando le preguntaron si intentaría convencer a Valdés de que se quedase. “Si fuese extranjero, si no llevase toda la vida en el Barça, entre nosotros, con nosotros, viendo cómo nos comportamos con la gente de casa, tal vez hablaría con él, sí, pero Víctor lleva toda la vida con nosotros y no veo qué más puedo decirle”.

Catalunya-Inglaterra, Barça-ManUnited, Vilanova-Moyes, Iniesta/Xavi o balones volando sobre su cabeza, tiqui-taca o fútbol vertical, veloz, directo.