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Shane Lawal: "Llegar al Barça fue un premio"

El pívot del Barça nos explica su difícil y curiosa trayectoria hasta aterrizar en el Palau. Su enorme fe le permite afrontar todos los retos

El pívot blaugrana nos explica su difícil y curiosa trayectoria hasta aterrizar en el Palau

El pívot blaugrana nos explica su difícil y curiosa trayectoria hasta aterrizar en el Palau / sport

maite antón

¿Cuándo empezó a jugar?

A los nueve años, en Pontiac, Michigan, pero antes había jugado a fútbol. Mi ídolo era Hakeem Olajuwon, en aquella época era uno de los mejores jugadores de la NBA y disfrutaba viéndole jugar.

¿Qué significa el baloncesto para usted?

Es una manera de cuidar de mi familia. Poder vivir de lo que te gusta es una bendición, algo increíble.

Sé que es muy creyente. ¿Tener fe es lo más importante para tener éxito en la vida?

Sin duda. Mi verso favorito de la Biblia es el de Hebreos 11.1, y se puede aplicar en muchos aspectos, dice que fe con fe hace que todo sea posible, incluso aquellas cosas que ahora no ves y piensas que no podrías hacer. Fe es tener que pelear.

En 2009 no fue drafteado, ¿ir a la NBA era un sueño?

Sí, es uno de mis grandes sueños y en 2008 estuve cerca de tener la oportunidad, pero con el cambio de universidad fui a la segunda división y no fue posible, y tomé otro camino.

¿Pero aún piensa en cumplir este deseo?

Sí, pero no es algo en lo que focalice mi energía, me centro en el presente.

Su primera experiencia fue en Catar. ¿Cómo vivió esta experiencia tan curiosa? 

Fue un experiencia humilde. No sentía que estuviera jugando a baloncesto, lo era pero parecía más bien una broma. No jugaba un baloncesto serio ni de gran nivel, pero tienes que seguir trabajando. Creo que todo pasa por alguna razón y jugar en un país como Catar me enseñó lo importante que es valorar lo que haces.

Luego llegó a España para jugar en el Guadalajara, pero la aventura no acabó bien...

El club tenía problemas financieros y pese a que yo quería acabar la temporada, me dijeron que no podían pagarme y tuve que irme. ¡Tenía que pagar facturas!

Y su siguiente destino fue Libia. ¿Por qué eligió este país tan poco habitual para jugar? 

Mi agente me dijo que allí podría hacer dinero. Era joven y buscaba ganar dinero y vi la oportunidad. 

Y estalló el conflicto civil entre los opositores de Gadafi y los afines al dictador. ¿Tuvo miedo?

No, más que miedo estaba angustiado por mi familia, que no podía contactar conmigo. Mi madre incluso pensaba que podía estar muerto. Sobre todo tenía que tener cuidado para poder llegar a casa sano y salvo.

¿Qué aprendió de este episodio?

Que el baloncesto no es algo tan trascendente, la vida real es la muerte o la guerra. Una guerra civil te hace darte cuenta de que el baloncesto solo es un juego, que es algo para divertirse. Cuando llegué a Libia lo primero que pensé fue en irme, pero también pensé que si jugaba allí podría afrontar todas las situaciones en la vida. Aprendí que la vida es corta y que hay que darle valor a todo lo que te gusta.

Con el Dinamo de Sassari ganó el triplete en Italia. ¿Es el equipo en el que más creció?

No, aprendí más en mi época en Verona –después de Libia–y en mi año con el Astana, que jugué la VTB y me vieron en Rusia. En el Sassari fue mi explosión, pero fue en Verona donde la gente me descubrió y vieron de lo que era capaz.

¿Llegar al Barça fue como una recompensa a todo este largo y difícil camino?

Sí, sin duda. Es la satisfacción de ver que cuando trabajas duro, aunque no veas el final del camino, recibirás un premio a largo plazo. Hay que tener fe en que saldrá bien y ser persistente. Lo divertido del caso es que luego todo sucedió muy rápido y llegó la Supercopa, la Copa italiana, la LEGA, el Afrobasket, el Barça... y piensas ‘lo largo que ha sido el camino, y lo que ha costado, y luego todo va tan rápido’. 

¿Cómo puede ayudar al Barça a ganar títulos?

Yo solo quiero ganar partidos. Ganar es una gran sensación. Cuando pierdes necesitas que pase rápido y cuando ganas es como una droga porque enseguida necesitas hacerlo otra vez.

Al Barça le está costando ganar partidos en el Top 16 y mañana toca el Brose Baskets...

Es un grupo muy duro y estamos ante una situación en la que solo vale ganar. No podemos tener un balance negativo porque si no caes en la parte baja del grupo. Sobre todo hay que ganar en casa. Esto es una carrera y hay que trabajar duro.

Su sueño es ganar la Euroliga. ¿Cuál es el secreto para conseguirlo?

Sí, es mi objetivo principal. Hay que jugar duro, jugar en equipo, sacrificarte por tus compañeros y no hacer lo que te hace bueno a ti sino mejor al equipo.